Para cumplir con el derecho a la vivienda de los trabajadores, el Estado creó a principio de los setenta un conjunto de instituciones especializadas por sectores, destinadas a otorgar créditos hipotecarios para adquirir una vivienda digna. Estos organismos gubernamentales también financiaron la construcción de cientos de unidades habitacionales, proyectadas por arquitectos independientes y por equipos dentro de las instituciones dedicados de tiempo completo a ello. El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) es el que tuvo más repercusiones en el desarrollo del concepto vivienda de interés social, por la cantidad y calidad de los conjuntos habitacionales que financió.
La mayoría de estos conglomerados se edificaron en la periferia de la capital, por lo que fueron concebidos como microciudades, que incluían edificios de departamentos, en promedio de 60 metros cuadrados, áreas libres, escuela, comercio y una unidad de salud, en caso de no contar con una cercana. El modelo que más se replicó fue el de edificio de departamentos de tres a cinco niveles, con cuatro unidades de vivienda por piso.
Unidad habitacionales Iztacalco
Unidad Habitacional Integración Latinoamericana