Tras la consolidación de Santa Fe, Reforma, Polanco y Lomas Palmas como los principales corredores de oficinas de “clase mundial” en la Ciudad de México, se impulsaron otros para diversificar la oferta del mercado de oficinas como Periférico Sur e Insurgentes. En todas las escalas, las empresas nacionales e internacionales buscaron operar en ambientes que incentivaran la productividad y eficiencia de sus empleados, y que generaran valores agregados, como la identidad y la consciencia con el medio ambiente.
La tendencia de contar con corredores financieros y de negocios permeó a otras ciudades del país, donde comenzaron a aparecer edificios de oficinas en renta, o bien, las empresas construyeron sus propias sedes de acuerdo a los estándares de diseño internacionales, que apostaban por la eficiencia, funcionalidad, flexibilidad seguridad, calidad y el bajo consumo energético. En este último rubro, en los últimos 15 años han surgido varias certificaciones de energía y diseño ambiental, entre las que destaca la Certificación LEED (Leadership in Energy and Enviromental Design).