La participación de las comunidades de los barrios más dañados por el sismo fue clave para la reconstrucción de las vecindades a las que no llegó el programa de Renovación Habitacional Popular. Maestros y alumnos del Autogobierno trabajaron de la mano con las redes de asociaciones civiles y cooperativas de vecinos de las colonias Guerrero, Morelos, Tepito, Doctores y Buenos Aires con las que tenían contacto desde los años setenta. También asesoraron a otras colonias populares en Iztapalapa.
Las asociaciones vecinales y las “brigadas solidarias” del Autogobierno de la Facultad de Arquitectura comenzaron a trabajar antes que el programa gubernamental. La ayuda a los damnificados abarcó desde la solución inmediata de los campamentos que se instalaron en banquetas, camellones, parques y baldíos, hasta los proyectos de reconstrucción que se realizaron de forma comunitaria con programas de autoconstrucción, en los que la participación de las mujeres fue fundamental.